Auto-conclusivo
Autora:
Ester Isel
Editorial: Kiwi (*Gracias a la editorial y autora por el libro)
Sinopsis:
Doce años de diferencia,
dos mundos distintos, un mismo destino de viaje que entrelaza sus caminos.
Olivia renunció a su
futuro para ocuparse de la pastelería familiar tras el fallecimiento de su
padre. Tres años después, está dispuesta a afrontar nuevos retos y cumplir su
sueño de ir a la universidad, pero antes pasará varias semanas en Sivard junto
a su mejor amiga Ella. La inesperada llegada de Alan LeBlanc, un consagrado
escritor que se recluye para finalizar su último manuscrito, lo cambia todo. Un
«¿por qué no?» es lo que necesitan para arriesgarse a iniciar una historia de
las que deja huella.
Cuando vuelven a
encontrarse en la facultad y Olivia descubre que van a verse a diario, se
arrepiente de haberse marchado de Sivard sin una despedida. Él va a presentar
su libro y ella busca un hueco en el ámbito académico, su relación supone un
obstáculo que echaría a perder las ambiciones de ambos. Sin embargo, las
emociones de meses atrás siguen palpitando, el deseo y la conexión no se
disipan con facilidad.
Hay instantes que nos
marcan, pero ¿son suficientes dos semanas para grabar un «nosotros» en la piel?
¿Vencerán los convencionalismos y hallarán un modo en el que convertirse en ese
ansiado plural?
Lo cierto es que no sé cómo
sentirme con este libro, estoy dividida en dos partes.
Una parte de mí está encantada
por la forma de escribir de Ester, ella posee una pluma muy bonita, sensible y
muy sentimental, tiene una profundidad única que recuerda a autores de antaño,
esos que transmiten sentimientos hermosos, que hacen que, hasta la analogía más
simple suene poética y romántica.
Me hace entender porque llegó
hasta donde lo hizo. Puedo ver como su pluma cautivo y removió algo en cada
persona que posó sus manos en él, puedo entender eso, y esa parte de mí está
extasiada por ello.
Como un beso en la boca que no me atrevo a dar y se reduce a una caricia en la mejilla, un leve roce que produce un hormigueo en los labios, un tirón en la entrepierna, un me muero por volver a verte. Así de horrible, Olivia.
Sin embargo, otra parte de mí
está un poco apagada, porque los pensamientos que logra transmitir Ester, ese
amor intenso, esa necesidad de uno con el otro, se derrumban como castillos de
arena en el mar, en las escenas donde ellos tienen que interactuar. No logre ver esa intensidad que en solitario
proclamaban, me falto un poco más de química entre ellos, me falto enamorarme a
mi también, tal como la autora lo expresaba, quería sentir todo ese amor
desgarrador y no fue así.
En cuestión de los personajes:
Alan es con el que me identifico
un poco más, es con el que sentí más congruencia con lo pensaba y lo que hacía.
Me gusto su personalidad y sus demonios y sus ganas de luchar. Mientras que
Olivia, oh dios, Olivia es una niña (en toda la extensión de la palabra), una
niña indecisa que como decía Alan en la novela, quería todo sin dar nada,
quería todo sin hacer sacrificios, quería que sus problemas se resolvieran de
la noche a la mañana, una niña inmadura por completo, qué en mi opinión no se
merecía para nada el amor de Alan. Y aunque entiendo que es la forma de remarcar
la distancia de doce años entre ellos por la autora, no fue la mejor forma,
porque es vez de ser una chica fuerte que se hizo cargo de un negocio familiar,
de una madre desecha tras haber perdido a su padre, la muestran sumamente insegura,
como un ratón asustadizo. La inmadurez era la de una niña que apenas pone un
pie a fuera de su casa.
Creo que me hubiera gustado que
el libro terminará sin el epílogo feliz y rosa que la autora escribió. Olivia
no merecía ese lindo final, me hubiera gustado que madurara más. Y que Alan
encontrará a una mujer que lo comprendiera y tomará su mano ante cualquier
obstáculo. Pero bueno, es un final romántico y feliz para Alan y Olivia (me
guste o no).
“Un instante para ser nosotros”
es una novela que refleja lo que es el amor, una aventura loca, sacrificios y
felicidad. La idea de amor de Ester es una muy hermosa, la cual comparto por
completo: El que sea feliz la otra persona, aunque no sea a tu lado, que dejar
ir también es una forma amar. Y si quiere compartir la vida contigo es para
atesorarlo, amarlo y cuidarlo con la misma reciprocidad que el otro lo haga.
Nos enseña que hay que olvidarse
de todos los prejuicios de las personas y los nuestros, a aprender a
aventurarse, a aceptarnos tal y como somos. Y eso es un mensaje muy bonito, así
que, si quieren leer una historia romántica con un amor de verano intenso, esta
historia les puede gustar.
Contenido especial:
En esta historia encontraras:
jajajaja, me quede a la mitad con la reseña, me refiero a que no se si quiero leerlo o no... porque puede que lo disfrute o no... pero le daré una oportunidad... muchas gracias :)
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