Título: La ecuación del amor.
The Kiss quotient #1
Autor: Helen Hoang
Editorial: Urano, Titania
Género: comedia romántica
Formato: papel
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Sinopsis:
Stella Lane cree que las matemáticas son lo único que funciona en el universo. Utiliza algoritmos para predecir compras, un trabajo que le ha proporcionado más dinero del que sabe gastar y menos experiencia en el apartado de las citas que la media de cualquier treintañera. No le ayuda tener Asperger y que besar le recuerde a un pez piloto limpiando los dientes de un tiburón. Por eso contrata al despampanante gigoló Michael Phan. Mitad sueco, mitad vietnamita, Michael no puede rechazar la oferta de Stella y accede a ayudarla y rellenar todas las casillas de su plan de lecciones amorosas, desde el juego previo hasta más allá de la postura del misionero... Stella no solo aprende a apreciar los besos de Michael sino a anhelar el resto de sensaciones que le provoca. Pronto su asociación sin sentido empieza a cobrarlo y el patrón que Stella descubre la convence de que el amor es la mejor clase de lógica.
Pero qué pedazo de novelón me acabo de devorar. Si devorar, lo leí super rápido.
Y eso que tenía mis dudas.
Verán. La primera vez que salió en español debo decir que no me llamó para nada, más porque por ese entonces venía de malas experiencias con ese tipo de libros. Casi todos los que leía de esas mismas vibras, tenían el mismo diseño de portada, títulos similares y fueron un fiasco total.
Así que cuando salió…pasé de él.
Tiempo después y hace algunos meses anunciaron su reedición, con portadas hermosas y las continuaciones de la serie. Es ahí donde captó mi interés.
Claro, debo admitir que fue gracias a Ali Hazelwood y sus libros de mujeres inteligentes que me hizo darle una oportunidad, además de que la sinopsis me prometía una prota intelectual. Pensé que sería algo similar a esas novelas. Pero no lo fue… del todo. Más bien…
Fue diferente.
Fue divertida.
Fue romántica.
Fue educativa.
Fue Helen Hoang
Me encantó.
La ecuación del amor es una historia fresca, llena de chispa. Las elocuencias de Stella le dan vida a la historia. Ella es autista y hay cosas que se le escapan a la hora de interactuar con los demás. No sabe captar indirectas o el sarcasmo, eso la mete en cada lío… que ni te cuento, pero a su vez la hace refrescante… única y muy divertida.
