¡¡¡Hey
Hadas!!!
Este
año ha sido algo atípico, uno donde nuestra vida normal, dio un giro de 90°. Hemos
tenido que adaptarnos a una” nueva normalidad”, que cuesta.
Y mas
en festividades como esta.
El día
de muertos, es una de las celebraciones mas importante en mi país. Así que, para
no dejarla pasar desapercibida, les traigo un pequeño relato.
¿Listas
para entrar en modo spooky fairies?
Apaguen
la luz y extingan toda esperanza de sanidad.
Todo sucedió tan rápido. Las personas estaban paralizadas en la calle, la conmoción y horror dibujaba sus rostros. Todo envuelto en unos segundos llenos de tensión y silencio previos al caos.
La avenida es una de las más
transitadas de la ciudad, llena de coches ruidosos, calor y estrés. En sus
laterales, había locales de diversos giros en donde pasar inadvertido la locura
del mundo. Los vehículos apurados en llegar a algún lugar. Personas distraídas
con un destino en mente. Todos comulgando en una ciudad donde reinaba un
desorden que todos entendían.
Un hombre vestido con traje sastre beige, pulcro, sin ninguna sola arruga a la vista, con maletín en la mano y el celular en la otra, pasó la calle apurado, no tomando atención a su entorno, no dándose cuenta del camión que se avecinaba hacia a él a toda velocidad.
Sin ser consciente de los últimos
minutos de su existencia.
El impacto fue brutal. El
chirrido de los frenos que no alcanzaron a parar, el crujir de huesos, metal y
vidrio sonaron en los oídos de todo transeúnte. El cuerpo golpeó el parabrisas
con la cabeza de frente, partiendo su cráneo y cuello, volviendo sus miembros
laxos.
Cayó sobre el caliente pavimento,
donde el camión intentó huir. Las llantas pasaron sobre él. Destrozándolo…armando
todo un lío de extremidades y sangre por la acera. Su cabeza rodó cerca de mis
pies, la sangre salpicó mi cara. Su cuerpo fracturado aún tenía espasmos,
retorciendo los últimos signos de vida en sus brazos y torso rotos.
Su decapitado rostro, mostraba
una mueca de miedo, sorpresa y mucha incredulidad. Sus ojos perdidos en
diferentes puntos. Y la herida en su cabeza estaba…fragmentada en piel, grasa,
sangre y huesos.
Me dieron arcadas.
Pocos sabían que el hombre veía
su celular por un mensaje de su esposa avisándole que iba camino al hospital
para dar a luz a su primer hijo. Pocos sabían que, en la mañana, el chofer del
camión casi no durmió.
Lo sabía, porque hace no menos de
cinco minutos acababa de escribirlo en mi laptop. Todo era exactamente igual al
personaje que acababa de matar en mi novela.
—Tal vez es solo una coincidencia
— me susurré.
No lo es.
Otra vez aquella voz, esa que no
me dejaba tranquila en el día, esa que me decía que redactar. A veces, como
escritor escuchas como los personajes que están en tu cabeza hablan, son como
seres vivos ansiosos de que el mundo sepan de ellos. Desesperados en que
escribas su historia.
Pero esta era diferente a mis anteriores
personajes. Era brusca y agresiva. Era un personaje del que no tenía control.
Su voz gritaba y se burlaba…me ponía los vellos de punta. Mucho más, en
ocasiones como ésta, cuando sentía que su voz no estaba en mi cabeza, sino
hablándome al oído.
Porque lo estoy.
Un escalofrío recorre mi cuerpo.
Cierro mis ojos, intenté calmarme
y regular mi respiración.
Es un personaje
Es un personaje
Es un personaje.
Me repito. No sé si intentando
convencerme a mí o aquella voz.
Ella suelta una carcajada.
—Estoy loca — Vuelvo a decir.
No lo estás, mírame.
Mis ojos se abren en automático.
De inmediato, soy consciente de los gritos de las personas, los murmullos de
conmoción a mi alrededor, también el sonido de las sirenas acercándose,
haciendo eco en toda la avenida.
De repente un coche se estaciona
enfrente, los vidrios tintados de sus puertas me devuelven mi imagen.
Un grito de terror me inunda.
No solo porque puedo ver mi
demacrado rostro por falta de sueño en los últimos días o por las manchas de
sangre que salpican mi piel y ropa.
Uno idéntico al mío, uno con
rasgos profundos, bordes afilados y sombras oscuras. Sus ojos carentes de pupilas
están fijos en nuestra imagen, su boca muestra una horripilante mueca
demoníaca.
—Tal vez si estoy loca —pronunció
con voz alterada, revelando mi pánico.
Y el reflejo solo me sonríe.
Feliz Halloween
¡Hola!
ResponderBorrarMe ha gustado bastante 🖤. Realmente es escalofriante.
¡Un beso!
Hola! me gusto muchisimo, una historia perfecta para hoy. Besos
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