Reseña: Starfish, Akemi Dawn Bowman

 

Título: Starfish

Autopublicado.

Autor: Akemi Dawn Bowman

Editorial: V&R

Género: Ficción realista, contemporáneo.

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Sinopsis:

Kiko siempre creyó que Prisma, la universidad de arte de sus sueños, sería su escape. El lugar en el que dejaría atrás a su madre, esa que siempre la hizo sentir poca cosa, y a las pesadillas de su pasado. El lugar donde nadie creería que es demasiado dramática, ni desestimaría su talento. El lugar en el que su vida comenzaría realmente. Pero es rechazada y siente que su mundo amenaza con romperse en un millón de pedazos, especialmente cuando su tío, la persona que le arruinó la infancia, vuelve a entrar a su vida. Entonces una invitación inesperada le da la posibilidad de recorrer escuelas de arte en la costa oeste. Pero para comenzar a vivir su sueño deberá derribar las barreras que se ha construido alrededor, aprender varias lecciones sobre sí misma, su pasado y, lo más importante: ser valiente. Una historia profunda y maravillosa sobre identidad, familia y la belleza que emerge cuando nos animamos a abrazar nuestro verdadero yo.

 

Acabo de terminar de leer este libro, lo cierto es que no esperaba absolutamente nada de él. Hace algún tiempo que la editorial me lo había enviado y solo pasó a formar parte de mis lecturas pendientes. Ahora este libro… terminó siendo absolutamente todo para mí. Se hizo un hueco en mi alma y ahí se va a quedar.

No he parado de llorar desde que lo comencé a leer. Me he quebrado emocionalmente (aunque claro, quebrarme en estos tiempos no es muy complicado) dejándome en posición fetal, no es porque sea triste, no es porque muere alguien o tengan enfermedades terminales, no es de esos libros. Terminé en ese estado, porque se metió tanto en mi piel …que me sentí la protagonista. Yo era Kiko sufriendo, porque estoy pasando algo parecido.

Se que este es un blog de reseñas literarias y entretenimiento, no vienen a saber cómo me siento o mis problemas internos.  Vienen por una recomendación, quieren saber si un libro es bueno o no para que lo puedan leer. Y está bien. Sin embargo, también es un blog muy personal, ya que expreso mi opinión, el cómo los libros me hacen sentir y porque son siempre ese escape seguro al cual acudir.

Es por ello que hoy me desahogaré un poco (antes ya les había contado algo, pero superficialmente), para que puedan entender lo que este libro me ha hecho.

Este año ha sido uno de los más difíciles de mi vida, ha habido muchos cambios en varios ámbitos qué me superaron. Hace no mucho me dio un ataque de pánico en una vía pública, no puede respirar, se me cerró la garganta con las de miles lágrimas que contenía, me dolía el pecho, mi corazón no paraba de latir a un ritmo desenfrenado, sentía un peso enorme en los hombros, tenía ganas de vomitar, de correr, de gritar y sobre todo de llorar. Era extraño porque nunca me había pasado algo similar, estaba sola, hiperventilando en una calle lejos del lugar donde vivo, esperando que mis pulmones volvieran a recordar su función. Fue de las cosas más horribles que he experimentado.

Se que tengo que atravesar las nubes de mi mente por mi cuenta. Si no lo hago, la próxima vez que pierda algo importante para mi quizá no tenga la fuerza necesaria para pensar en otro plan.

Ese día me quebré. Todo lo que venía acumulando en todos estos años y en especial lo ocurrido en los últimos meses… había estallado.

Al principio no entendía porque mis ánimos estaban por el piso, no quería hacer nada, hablar con nadie y quería dormir todo el tiempo. A veces me levanta con ánimos de hacer mil cosas que nunca se concretaban. La palabra procrastinar se había vuelto mi nueva mejor amiga. Seguí mi vida pensando que era normal, que mi mente y cuerpo reaccionaba de esa manera porque hace años que no me tomaba un descanso o vacaciones en serio.  Hasta qué me rompí ese día.

Me costó mucho entender que yo tenía…corrección. “tengo” ansiedad y depresión. No creí que algo así me fuera a pasar a mí, yo que siempre me he considerado una persona fuerte. Y de repente mis demonios me aplastaron y doblegaron. No fue hasta la segunda vez que sucedió (esta vez en el transporte público) que marque a los números de emergencia de ayuda psicológica (por cierto, nunca me contestaron). Yo necesitaba ayuda. Mis pensamientos y sentimientos me estaban devorando e incapacitando físicamente. Y lo peor era algo involuntario…algo que no puedo controlar o apagar.

No entienden lo que sucede en mi interior. No se dan cuenta de que experimento terremotos y tsunamis y erupciones  volcánicas que me destruyen el cerebro y el corazón y el alma. Tengo terror de que Hiroshi me rechace. Tengo terror de que cualquiera me rechace.

Actualmente sigo en recuperación, intentando sanar y reencontrarme. Aun lloro en algunas noches, aún vienen esos pensamientos destructivos (según psicólogos nunca se va a ir), pero sigo en la lucha… un día a la vez.

Sé que no vienen a leer mis problemas mentales, pero se lo cuento porque Starfish trata sobre esto:  la ansiedad y la salud mental.

Nunca jamás un libro me ha pegado tanto como Starfish. La autora logra exteriorizar lo que yo no puede.  Pone en palabras lo que yo no logre expresar. Batalle mucho en intentar explicarle a mi familia lo que me estaba pasando y la autora encuentra las palabras exactas de cómo me siento. Eso hizo que de inmediato empatizara y se metería bajo mi piel.

Yo sé que el contexto de la historia de Kiko es completamente diferente a mi caso, pero la ansiedad se siente igual. Los pensamientos destructivos son muy parecidos a lo que yo tengo, la lucha interna y culpa eran idénticas…. Yo era Kiko cuando leía Starfish.

[...] Pero la verdad es que no tengo idea de lo que voy a hacer. No sé lo que puedo hacer. No se si soy capaz de conseguirlo sola. No se si tengo las fuerzas para empezar una vida lejos de lo que es familiar y toxico a la vez.

[...] Necesito mucha fuerza. No se si puedo cargar con tanto peso, pero se que tengo que intentarlo. Si no lo hago, un día me destrozara.

¡todo su dolor, su confusión, su inseguridad, eran los míos! Estábamos en la misma zona.  Por fin sentí que alguien me entendía, sin intentar descifrarme como algo extraño, sin juzgarme, sin hacerme sentir como una loca. Había encontrado a alguien (aunque sea un personaje ficticio) que está pasando por lo mismo que yo.

Starfish me mantuvo en una montaña rusa emocional. Me pisoteaba y lloraba, se formaba un nudo grueso en mi garganta, y luego me daba esperanza, fe en mí misma y ganas de seguir en esta lucha. Ser más fuerte y no castigarme constantemente.

Eso es lo más hermoso que los libros te pueden dar. Esa forma que cambiar el pensamiento, como te abraza mientras te enseña.  Te divierten, te hacen llorar, asustar. Se vuelven los amigos más incondicionales a los cuales acudir en cualquier momento.

Después de la parte emocional y dramática por mi parte, les puedo decir que Starfish es una historia llena de altibajos, con una protagonista qué está rota al principio, vive en un ambiente nocivo y tóxico qué constantemente le repiten lo poca cosa que es.  Cada día le arrancan las alas y le destrozan sus sueños. No es hasta que sus planes se derrumban y tiene que tomar decisiones que la llevan a conocer nuevos horizontes.  Es ahí donde se da cuenta de un mundo completamente diferente, crea nuevos conceptos y expectativas sobre ella misma. Batalla mucho con su ansiedad pues es un maldito demonio interno qué nos recuerda siempre los malos momentos y crea escenarios locos en la mente. Afortunadamente también se encuentra a personas que le dan guía, la apoyan y sobre todo creen en ella. 

 

POV de la ansiedad

El libro está escrito desde el punto de vista de Kiko, una chica que sufre de ansiedad social y que no confía en sí misma. Gracias al tipo de narrador, se ve con exactitud cómo es tener el trastorno de ansiedad, experimentamos de primera mano los sentimientos de temor. Nos hace más empáticos con un tema del qué muchos hablan, pero pocos conocen.

Muchas veces he escuchado a varias personas decir: “tengo depre” “me pone ansiosa” cuándo realmente no tienen ni la menor idea de lo que es. Las palabras las toman con una ligereza que me asusta, porque debido a esas personas a las que de verdad tenemos un episodio se nos cataloga de exagerados, dramáticos y débiles.

Cuando la realidad es que “ansiedad” es una palabra qué engloba a todos aquellos demonios que nos torturan con inseguridades, capaz de hacernos tanto daño que nos puede incapacitar físicamente y pueden destruir nuestra realidad.

Claro que no tiene sentido: sentirse así no tiene sentido. Pero si pudiera arreglarlo y apagar la ansiedad el tiempo necesario para sentirme normal, ya lo habría hecho.

Starfish logra identificar todos inseguridades, capta los puntos clave para demostrar cómo es tener este trastorno y por ende ser un poco más empático con quien la padece.

 

La salud mental.

Indudablemente la salud mental debe de estar ligada con la ansiedad o cualquier otro trastorno. Pues el punto óptimo siempre es querer estar bien. Sin embargo, no todo es malo.

Cuando supe que sufría ansiedad y depresión, comencé hacer investigaciones por mi cuenta. En estas resaltaba que el ingrediente principal de la ansiedad es el “miedo”, y no me refiero a los fantasmas, monstruos o brujas. No, me refiero al miedo de no ser amado, al miedo de no ser aceptado tal y como eres, al miedo de no ser suficiente, o el miedo al fracaso.

-¿A que le tienes miedo? - me pregunta.

A las personas, Al tío Max. A la verdad. A no haber sido amada de verdad. A decepcionar a todo el mundo. A decepcionarme a mi misma. A sentirme culpable por el resto de mi vida

- A no hacer lo correcto, supongo.- digo por fin.

No obstante, el miedo es bueno, pues te mantiene alerta de posibles peligros...nos mantiene vivos.  Pero si el miedo crece hasta salir de la realidad y lo exageramos…. Es cuando puede causar problemas.

Entonces la salud mental tiene que ver con eso, no es malo sentir miedo, ansiedad, depresión o cualquier otro trastorno, sino lo que le permitamos que nos haga. Los sentimientos son saludables en ciertas dosis, pero dejarlos que se hagan fuertes es lo peor que podemos hacer.

Es difícil. Diablos, claro que sí es difícil. La línea del límite es muy borrosa. Es lo más complicado de hacer, encontrar ese punto de equilibrio, pero hay que hacerlo.

El libro nos dice que debemos identificar lo que nos está haciendo daño y alejarnos lo más que podamos de ellos (ya sea físicamente o emocionalmente). Encontrar nuevos sueños, conocer nuevas personas, construir un nuevo futuro y superar los obstáculos, para que cuando nos tropecemos con otra piedra y nuevos demonios, sepamos cómo lidiar con ello.

 

Starfish

Starfish en español significa: estrella de mar, y no lograba entender el porqué del título, incluso la edición (V&R siempre pone chulos sus libros), desde la portada e ilustraciones tenían temática marina (no me quejo porque realmente es muy bella) pero esa duda estaba ahí.  Hasta que llega la explicación.

En japón se les dice Starfish a las personas qué quieren ser el centro de atención, ya que las estrellas de mar están abiertas con sus tentáculos mostrándose al mundo, codiciosas de la atención de todos, son egoístas, no escuchan y creen que el mundo gira alrededor de ellas.  Si hay algún asunto (bueno o malo) tiene que tratar de ella o nunca te hará caso. Es narcisista.

- No vivas para agradarle a las estrellas de mar, en particular cuando su felicidad es a costa de la tuya. Eso no es amor. Eso es narcisismo. Existe un océano entero a tu disposición, Kiko. Nada en él.

Nos dice que debemos de tener cuidado de este tipo de persona, pues suelen absorber tu energía y tus sueños. Van a hacer lo que sea necesario para obtener tu atención aún si eso significa hacerte daño.

Lo peor de todo es que puede estar más cerca de lo que crees, como en esta historia. Lo importante es identificar a este tipo de personas para evitarlas a medida de lo posible.

 

El arte

Una de las cosas más hermosas que hay en este libro es el arte. Kiko, nuestra protagonista, es pintora.

Todo lo que ella siente lo expresa a través de sus dibujos y algunos son lúgubres, son tristes. Pero es su sistema de drenaje. Es la manera que ella encontró de sanar y escapar.

Y ayuda.

En mi caso soy pésima dibujando .... Pero mi válvula de escape ha sido la escritura. Cuando es demasiado escribo, dejo salir toda la diarrea verbal de mi cerebro y lo arrojó en forma de palabras. Y una vez que está afuera me siento un poco mejor.

Igual que Kiko con sus hermosas pinturas.

Dibujo un ratoncito con tanto miedo del mundo que se esconde en la oscuridad hasta volverse ciego.

Me atrevo a decir que había veces que Starfish me daba vibes de "te daría el sol" (otro libro que amo) por la forma que los protas usaban el arte para sacar todo lo que sentían.

 Dibujo a una niña encogiéndose en el césped hasta que queda oculta por flores que son mucho mas bonitas que ella.

El amor y felicidad que merecemos.

Una de las cosas que se me quedó muy grabado fue la idea del amor incondicional (ya sea romántico o fraternal), que siempre estará ahí, como una roca a la cual aferrarse, sin importar las diferencias entre ellas.  Amar a una persona por quién es, no por lo que tú quieres que sea. Es lo más hermoso que he leído.

Y aunque no es la primera vez que escucho o leo el concepto de amor incondicional, es la primera vez que estas palabras me llegan hasta lo más hondo de mi alma.

-¿Que es el amor incondicional?

-Amar a una persona sin mas razón que porque la amas, supongo. Amarla aunque tenga pelo gris y arrugas o no le gusten las mismas películas que a ti y piense que Star Wars es una estupidez.

He creído que todos merecemos ese amor, esa felicidad. A veces lo encontramos en nuestra propia familia, pero hay otras veces que se encuentra por fuera.

Pero no importa donde la encuentres… sino que la tengas y te la creas. Que también mereces amor y felicidad, sin culpa y sin miedo.

 

Starfish sin duda para mí ha sido uno de los mejores libros y no solamente de este año sino de la vida.

Starfish llegó en un momento de mi vida en el que me estaba hundiendo… en el que aún estoy estancada. Pero que al leerlo me ha dado un empujoncito más hacia la salida, hacia la sanación, y así amarme y perdonarme. Se que mis miedos van a seguir ahí, atormentándome…pero no destruyéndome.

Me ha dado la determinación de luchar.

 No quiero la vida que quería de niña, quiero mi vida futura. Quiero estudiar arte. Quiero pagar cuentas. Quiero amigos. Quiero conocer personas que me inspiren. Quiero inspirar a las personas que conozco. Quiero vivir.

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