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08 noviembre 2022

Reseña: Esos monstruos a los que amamos, Andrea Tomé

 

Título: Esos monstruos a los que amamos.

Libro Único

Autor: Andrea Tomé

Género: Fantasía

Editorial: V&R

Amazon | Goodreads

Sinopsis: 

Cass necesita llegar a Texas antes de Navidad, cueste lo que cueste. Incluso si eso significa subirse al coche de su misterioso compañero de trabajo, Henry Buckley.

Él acepta llevarla, pero con dos condiciones:

1. Henry conducirá de noche y Cass durante el día.

2. Cass tiene que comer.

Ella acepta, pero, a cambio, Henry debe responder a sus preguntas. Sin perder ni un minuto más, se echan a la carretera. De la soleada Santa Bárbara al hotel encantado de Arizona, pasando por el supuesto ovni de Nuevo México. Cada kilómetro los acerca más a su destino y saca a la luz los monstruosos secretos que ambos guardan.




Cero coma dos segundos después de terminar el libro.

Acabo de terminar de leer este libro, y por el momento solo les puedo decir que dejó adolorido mi corazón y lágrimas en mis ojos.

Una hora después.

Independientemente de lo hermosa que es la portada y saber que iba de vampiros, tenía una idea de lo que podía tratarse… ya saben: Una buena dosis de romance, con algo gótico, con un toque terrorífico y una pizca de misterio. Lo cierto es, que todas esas ideas que se formaron en mi cabeza nunca ocurrieron. Y saben que? No estoy para nada decepcionada, porque creo que es incluso mejor.

Esos monstruos a los que amamos es una historia de segundas oportunidades, de amistad y de estar en paz con uno mismo. Trata de encontrarse y del perdón.

El viaje que hacen nuestros protagonistas no solo es avanzar kilómetros para llegar a un sitio. Si no es una evolución constante de ellos mismos. Ya que cada uno tiene un trasfondo, heridas que sanar y personas que perdonar.

Henry un chico que tuvo la desgracia de ser convertido en vampiro en los años 40’, lleva más de cincuenta años en ese estado entre la vida y la muerte. Y lo odia.

Henry es el primer vampiro que leo donde no está a gusto con su nueva realidad. Incluso con años recorridos, aun cuando se le mostraron los placeres de la vida, aun cuando le dan la opción de una nueva vida… Una mejor. La mayoría de los Vampiros que he leído, al principio tienen este conflicto porque no quieren ser monstruos que acechan en la oscuridad y otras culpas que los lleguen atormentar, sin embargo después de un tiempo se acostumbran, encuentran un motivo a su existencia.

Pero Henry no, después de 50 años no puede aceptarlo y adaptarse mucho menos. Es el primer vampiro que se suicidaría sin problema. No lo ha hecho, porque un vampiro muerto deja de existir, no hay cuerpo, no hay una sola señal de que dejó su huella en el mundo. Él amaba su vida humana, aun cuando esta presentaba carencias, cuando en su época había guerra, donde tenía varios problemas, pero eso no se comparaba con la felicidad que le daba ver a su madre cada mañana, como pasaba el tiempo con Birdy o como jugaba con sus hermanos.

Él no sólo quiere dejar de existir. Hizo las paces con la muerte, sabe que eso no lo va a poder cambiar. Pero si muriera, él quiere hacerlo como humano, quiere que su cuerpo sea llorado y enterrado, quiere que su familia y amigos sepan que está muerto y que su pena, esa incertidumbre que tenían de su paradero se disipe.

Henry como personaje tiene un desarrollo extraordinario.


Al principio él tiene mucho rencor con la vida, no le gusta la eternidad. Con el tiempo hay detalles que empiezan a difuminarse en su memoria, pero lo que nunca se podrá olvidar es de su asesino, uno que no solo le quitó la vida, sino que perdió su familia, sus amigos, y al amor de su vida. Le quito todas las posibilidades que tenía. Y ese rencor es el que lo ha predominado en todo ese tiempo. Ese odio es el motor que lo impulsa a regresar a su hogar: Texas.

En este viaje lo acompaña Cass.Una chica que se ha mudado constantemente por el trabajo de su padrastro. Cass no ha logrado echar raíces en ningún lugar, pero cuando vivió en Texas conoció a una chica con la que entabla una profunda amistad. A partir del cambio de vivienda ellas se mantienen en contacto. No es hasta que un día Cass se entera de que su amiga va a ser hospitalizada por un tema psiquiátrico (que tienen en común) que decide visitarla aun sin el consentimiento de sus padres.

Este viaje les servirá a ambos para abrirse, recordar cosas del pasado con una nueva perspectiva, para sanar las relaciones de amistad que fueron quebrantadas y para hacer lo que les dicta su corazón.

Ambos personajes tuvieron una evolución muy buena, empiezan con todo lo malo que ellos traen, esos monstruos internos con lo que batallan día a día. Esos sentimientos que no los dejan respirar. El viaje que hacen no solo recorren kilómetros de paisajes desérticos para llegar a un destino, sino que muestra todo lo que han tenido que pasar para llegar a un lugar mejor en sus vidas.


La vida es larga. Tienes tiempo de aprender, de superar y de crecer. Y claro que no puedes imaginarte a ti misma con treinta años, pero eso es porque cuando tengas treinta no vas a ser la misma Cass que la Cass de diecisiete años, y aunque tengas las mismas espinas clavadas que ahora, vas a contar con otras armas para hacerles frente.


La ambientación/investigación de los 90`

La novela transcurre en los años 90, recuerdo esa época porque ahí transcurrió mi niñez. Al ir leyendo la ambientación la autora me hizo recordar algunos detalles que ya se me habían olvidado. Casi podía sentir como mi yo de siete años jugaba con ciertas cosas, como veía por la tele la moda y cantantes que apenas debutaban. Andrea investigó súper bien la época, no solo lo que estaba en tendencia sino acontecimientos que pasaron en Estados Unidos (como la masacre de Columbine).

Ella hace un excelente trabajo en sumergir la mente del lector en esta época, y más si les tocó vivirla como a mí, les causara cierta nostalgia.


Un vampiro que no quiere ser vampiro.

Cada vez que leo algo de vampiros, me hago la misma pregunta: Si me dieran la opción, ¿elegiría tener vida eterna?, siempre tengo la misma respuesta: No.



Aunque Crepúsculo me tentó.

Al leer el libro me di cuenta de que tengo las mismas razones de Henry. No soporta el dolor que su desaparición provocó a su madre, como sus amigos se sintió abandonado cuando más lo necesitaba. Como tenía que ver las lágrimas de su familia, como no podía acercarse cuando enfermaron.

Tenía que ver cómo sus seres queridos seguían una vida sin él, preguntando donde estaba. Henry era amado por todos sus allegados cuando estaba con vida, él adoraba su vida a pesar de todo. Y eso no cambió después de convertirse. Al contrario se acentuó en forma de soledad, amargura y odio.

Es el primer vampiro que toma una decisión dolorosa, pero a la vez tan correcta (con su forma de pensar) que dolió. Joder dolió. Lloré, pero mis lágrimas estaban divididas entre felicidad y pérdida. Porque podía entender perfectamente el nuevo rumbo que tomó.


Cerrar ciclos

El viaje a Texas fue sanador para los protagonistas. Hizo que Henry pusiera en orden sus asuntos, que todos esos monstruos internos se doblegaran con el perdón.

Hay una frase que leí en Atheists Who Kneel and Pray de Tarryn Fisher que dice:

“No perdonas porque se lo merecen. La mayoría de las veces no es así. Perdonas para mantener tu corazón blando. Para avanzar sin amargura.
El perdón es para ti”

Esos monstruos a los que amamos es la demostración perfecta de esta frase. En el pasado de ambos hay dolor y traición ocasionado en su mayoría por gente en la que confiaban… a la que amaban. El daño estaba ahí y cada día crecía en algo negro y feo. El viaje les ayuda a poner en contexto a varias cosas que no entendían, les abre el paso a cerrar ciclos, a dejar atrás todo lo malo, a perdonar y seguir adelante. Y eso es precioso.


Amistad

La amistad es el ingrediente principal de esta novela, no solo porque Henry, Cass y Ryan se hacen amigos, sino por el motivo del viaje, el motivo de cerrar esos ciclos, el motivo de hacer lo correcto.

Cass demuestra una profunda amistad con Nora, capaz de atravesar medio país solo para estar con ella en un momento difícil, o Henry que demuestra que el pasado y el presente no altera el valor de la amistad.

Así que supongo que nunca te olvidas de la amistad. Puedes olvidarte de los detalles, por supuesto, de los nombres y de los lugares y de las palabras exactas que se dijeron, pero no del sentimiento. No te olvides de los escalofríos ni de los ataques de risa que hacen que se te salgan las lágrimas o de los lentos que pasaran los minutos cuando esperas una llamada o una carta. De la misma manera en la que, si te rompes una pierna, nunca olvidarás tus primeros pasos sin escayola, jamás olvidarás las grandes amistades de tu adolescencia.



Esos monstruos quemamos es una lectura de crecimiento, de segundas oportunidades, de aprender a cerrar ciclos y desapegarse del pasado. Habla de sanación y de aceptación tanto las circunstancias que no puedes controlar como de uno mismo.

Es un libro que me sorprendió (ya que no era lo que esperaba) y sin embargo logró cautivarme, hacerme sentir nostalgia de mi niñez y valorar la amistad.

 


Vampiros     Amistad    Fantasía    Perdón




3 comentarios:

  1. ¡Holaaa! WOOOOOOW en cuanto leí el título, vi la portada y la sinopsis y me dices que va de tema de vampiros es un SÍ inmediato. Me encantaría tenerlo en físico porque estoy segura que es un libro que me va a gustar, espero conseguirlo para el break de diciembre y adentrarme a full con el:D
    ¡Muchas gracias por compartirlo Anna!
    ¡Besos!

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    Respuestas
    1. si!!! la verdad es que me sorprendió pero para bien. Me termino encantando.

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  2. Gracias por la reseña... Hace un buen que no leo nada de vampiros y está historia se lee genial... Me la apunto para futuras lecturas! Gracias... Atte. BrissHdz

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